jueves, 26 de abril de 2018

Al presidente de EE.UU. sólo le interesa Putin

Para negociar solo con Putin, Trump divide a los europeos

En las reuniones con Macron el presidente norteamericano eludió las definiciones para seducir a Merkel, cortejar a May y tratar seriamente con Putin.
Con una actuación magistral, Donald Trump sedujo a Emmanuel Macron durante los tres días de su estadía en Washington, dándole la impresión de ser su preferido, pero sin revelar sus intenciones. Así lo dejó contento, sin malquistarse con Angela Merkel, quien llega este viernes, mientras anunciaba su visita al Reino Unido en julio próximo. El presidente norteamericano necesita dividir a los líderes europeos, para encarar mejor las venideras negociaciones comerciales y convertirse en único interlocutor de Vladimir Putin.

“Lo adoro”, declaró Donald Trump, después de que Emmanuel Macron habló en la conferencia de prensa que ambos mandatarios dieron en la Casa Blanca el martes 24, al terminar su larga reunión. Ávido por robarse las cámaras, el presidente francés subrayó sus diferencias: “ninguno de los dos solemos cambiar de opinión fácilmente”. Sin embargo, insistió sobre la importancia de la “convergencia de puntos de vista” sobre el acuerdo nuclear con Irán entre París y Washington.

Por el contrario, Trump puso el acento sobre las coincidencias que tuvieron, especialmente sobre Siria, y agradeció la participación francesa en el bombardeo a ese país del pasado sábado 14. No obstante, insistió en su voluntad de retirar de allí las tropas norteamericanas, aunque con una restricción: “queremos volver a casa y lo haremos, pero también deseamos dejar allí una huella perdurable”. Por su parte, Macron recordó que el primer objetivo de Francia en Siria es “aniquilar al Estado Islámico” y que, para ello, le resultaba “imposible fijar un cronograma para el fin de la participación francesa”. O sea que la intervención neocolonial pretende continuar indefinidamente.

Las principales diferencias entre los dos presidentes se dieron en torno a la cuestión iraní. El próximo 12 de mayo Donald Trump debe anunciar si EE.UU. continuará respetando el acuerdo que el grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) firmó con Irán en 2015, por el cual la nación persa se compromete a frenar el enriquecimiento de uranio hasta 2030, a cambio de que la ONU vaya paulatinamente levantando las sanciones económicas. Desde el inicio el presidente norteamericano se ha opuesto al tratado, por lo que se teme que, si en dos semanas retira a su país del mismo, Irán retome la carrera nuclear y se produzca una crisis aguda, como la que recién ahora se está aliviando en Corea.

Por esta razón, diplomáticos británicos, franceses y alemanes vienen negociando entre ellos y con los estadounidenses, para hallar un compromiso que mantenga el tratado, pero satisfaga los reparos de Washington que quiere frenar también el desarrollo de la cohetería persa y terminar con las intervenciones de Teherán en Irak, Siria, Líbano y Yemen. Es por ello que Macron anunció el martes su disposición a negociar un nuevo acuerdo que complemente el anterior en el sentido deseado por Trump.

Es todo lo contrario de lo que dijo a Vladimir Putin durante la conversación telefónica que mantuvieron el 23 de abril. Después de dicho intercambio un comunicado del Kremlin había informado que ambos jefes de estado habían coincidido en que el acuerdo nuclear no se tocaba.

Durante la conferencia de prensa fueron evidentes los esfuerzos de Emmanuel Macron para demostrar que había alcanzado un éxito diplomático mayor. Es que el joven inquilino del Elíseo está asediado por la ola de huelgas con las que los trabajadores franceses repudian su desmantelamiento del Estado de Bienestar y ha perdido muchos puntos en las encuestas. Por eso estaba tan contento con las caricias recibidas de su anfitrión.

Al afirmar tan taxativamente la convergencia de opiniones con Trump, Macron dio a entender que su interlocutor mantendrá a EE.UU. dentro del acuerdo nuclear, pero a condición de que se negocie un nuevo tratado más abarcador. No se puede saber qué fundamento tiene esta sugerencia, pero, si Washington se desdice de lo convenido en 2015, el galo habrá sufrido una derrota mayor.

Trump se mantuvo todo el tiempo en una nebulosa. Finalmente, respondiendo a los periodistas sobre Irán, se hizo el misterioso: “nadie sabe lo que yo haré el 12 de mayo, …pero el presidente Macron debe tener alguna idea al respecto”. Preguntados por los periodistas, los funcionarios franceses se negaron a aclarar, si su presidente ya sabe qué decisión tomará el norteamericano. Sin embargo, al terminar la conferencia, el jefe de la Casa Blanca reflexionó en alta voz sobre los dirigentes políticos que “deben saber ser flexibles” y, si la situación lo amerita, ser capaces de “cambiar de opinión”. No se sabe, si se refería a sí mismo o a su huésped.

Los diplomáticos franceses dicen que la propuesta de un segundo acuerdo se dirige, sobre todo, a prevenir la eventualidad de una salida norteamericana. No se hacen tampoco ilusiones sobre la posición iraní. Saben asimismo que Angela Merkel –a quien Macron visitó en Berlín la semana pasada- no está de acuerdo. Ellos quieren que, de todas maneras, la pelota siga en movimiento y con Francia en el centro del campo.

Cuando finalizaba la visita de Macron, la Casa Blanca dejó trascender que Donald Trump visitará Gran Bretaña a mediados de julio. Fue una sutil manera de decirle al francés que no es tan importante como cree. El Reino Unido es el principal aliado estratégico de los Estados Unidos y la invitación de la Corona británica fue hecha ya al comienzo del gobierno de Trump, pero éste postergó su visita varias veces, entre otras razones, por el abierto repudio de parte del Parlamento y de gran parte de la opinión pública británica. Ahora, cuando necesita repartir el juego entre París, Berlín y Londres, el presidente norteamericano se ha comprometido.

El mandatario estadounidense no tiene reparos en que Gran Bretaña y Francia libren las guerras coloniales de las que él quiere zafar, ni que Alemania lidere una Unión Europea debilitada, pero quiere ser el único que regle con Putin la cuestión iraní y todo el orden del Medio Oriente y con Xi las condiciones del comercio mundial. Claro que un partido de fútbol lo juegan dos equipos y la política mundial, muchos. Los tres principales líderes mundiales se desafían, para llegar mejor posicionados a las negociaciones, pero deberán estar muy atentos a que los viejos imperios revanchistas o sus socios israelíes no arruinen el juego.

miércoles, 25 de abril de 2018

La guerra fría se recalienta

Los frentes se alinean

Mientras Irak se suma a la coalición antiterrorista liderada por Rusia, Macron trata de retener a EE.UU. en Siria. Sólo en Extremo Oriente parece asomar la paz
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
25 de abril de 2018
Eduardo J. Vior
Al ejecutar al segundo jefe del Estado Islámico (EI) con un ataque aéreo realizado en territorio sirio con el acuerdo de Damasco, el gobierno iraquí de Haider al Abadi se alineó oficialmente con la alianza entre Rusia, Siria, Irán y Hizbulá que combate al terrorismo en Oriente Medio. Esta manifestación pública coincidió con la negativa egipcia a incorporarse a la fuerza panárabe organizada por Arabia Saudita, para continuar la intervención en Siria. En paralelo, este lunes llegó a Washington el presidente francés Emmanuel Macron con la declarada intención de convencer a Donald Trump, para que mantenga en el norte de Siria a los 2000 efectivos de las fuerzas especiales norteamericanas que sostienen la insurgencia kurda contra Damasco. Sólo en la península coreana se insinúa una distensión que puede devolver al mundo una esperanza de paz.

Una guerra fría que amenaza calentarse

“Está claro que la Guerra Fría ha vuelto”, declaró el lunes 23 el secretario general de la ONU, António Guterres, en una entrevista al canal de televisión sueco SVT. Sin embargo, subrayó las diferencias con el conflicto terminado en 1991.
“Ahora EE.UU. y Rusia ya no controlan todo el mundo, como ocurría antes, dijo. Muchos países tienen una postura muy activa en la región [de Oriente Medio]. No existen dos bloques uniformes controlados”, matizó el diplomático portugués. Al mismo tiempo, Guterres indicó que la situación actual es más peligrosa que en los tiempos de la URSS. “Durante la Guerra Fría existían instrumentos de diálogo, control y comunicación, para garantizar que cuando surgiera un riesgo de confrontación, la situación no escalara descontroladamente. Ahora ya no existen estos mecanismos. Es por eso que la situación es tan peligrosa“, advirtió.
Entre tanto, este 23 de abril, contestando a preguntas de periodistas durante su visita oficial a Beijing, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha expresado su preocupación sobre las posibilidades de paz en Siria luego del reciente ataque perpetrado contra el país árabe por EE.UU., el Reino Unido y Francia. “Aunque hemos advertido a nuestros socios europeos y norteamericanos que tomaron parte en esta ‘aventura’, sin duda hay que prepararse, las provocaciones [en Siria] se repetirán”, afirmó.
Asimismo, Lavrov ha recordado que “recientemente el presidente de Francia instó a EE.UU. a que no retire sus tropas de Siria, incluso cuando el último terrorista sea eliminado. El líder francés afirmó que es indispensable permanecer allí casi de forma continua. Esto ya se parece a la actitud colonial”, declaró el jefe de la diplomacia rusa.
Entre tanto, mientras el Ejército Árabe Sirio (EAS) avanza contra el EI al sur de Damasco y los remanentes del Ejército del Islam evacúan la provincia de Homs hacia el norte del país, un intercambio de artillería en las cercanías de las alturas del Golán reavivó el riesgo de la confrontación directa entre Israel y Siria. Es que el endurecimiento de los frentes deja pocas alternativas a la negociación.

No será Macron quien recomponga la alianza atlántica

Este lunes el presidente francés Emmanuel Macron y su esposa llegaron a Washington para una visita oficial de tres días. Es la primera visita de Estado que reciben Donald y Melania Trump. No casualmente, el viernes llega también la canciller alemana Angela Merkel. Es que, en vísperas de la fecha en la que el mandatario estadounidense debe resolver si prorroga o abroga el acuerdo nuclear con Irán de 2015 las ruedas de la diplomacia internacional están girando a toda velocidad.
A lo largo del año pasado Macron se ha convertido en el principal interlocutor europeo del presidente norteamericano. Ambos son advenedizos llegados a la política desde el mundo empresario, lo que los une y los hace reconocerse mutuamente.
Sin embargo, en otro sentido son muy diferentes. Mientras que Trump es un nacionalista que apela demagógicamente a las masas blancas empobrecidas, Macron es un neoliberal globalista que aboga por una mayor integración política de Europa y defiende el acuerdo de Kyoto sobre el medio ambiente. No obstante, el francés ha adoptado en muchos puntos el programa nacionalista. Por ejemplo, ha encarado una durísima política contra los inmigrantes sin papeles. Mientras que en el exterior se lo ve como un Obama francés, en Francia se lo considera un liberal conservador que no admite controles sobre su poder.
A diferencia de Merkel, Trump estima a Macron con quien antes del bombardeo sobre Siria habló cada día. Pero, ¿tiene el francés una influencia real sobre el norteamericano? “A veces lo convenzo y a veces no”, dijo él en enero en una entrevista con la BBC.
El presidente francés tratará de convencer al estadounidense de dejar en el norte de Siria a los 2000 hombres de las fuerzas especiales que, junto con tropas británicas y francesas, conducen a las milicias –mayoritariamente kurdas- del llamado Frente Democrático Sirio que, supuestamente, combaten contra el Estado Islámico. Británicos, franceses y el Pentágono quieren prolongar la guerra en Siria, para empantanar a Rusia, impedir la reconstrucción del país árabe, ayudar a Israel y debilitar a Irán. Para alcanzar este último objetivo, empero, el galo considera necesario mantener el acuerdo nuclear de 2015, porque considera que a Teherán es más fácil ablandarlo dialogando que aislándolo. Al mismo tiempo, quiere también evitar una guerra comercial con EE.UU.
Hasta el 12 de mayo Trump debe decidir qué hacer con el acuerdo nuclear. Si abandona el acuerdo (su promesa de campaña), Irán expulsará a los inspectores internacionales y retomará el enriquecimiento de uranio con los riesgos consecuentes. Los europeos quieren evitarlo por los riesgos implícitos para la paz mundial y, porque quieren aprovechar el paulatino deshielo con el país persa, para acceder a su petróleo y su mercado. Es una incógnita saber qué decidirá Trump, pero probablemente prorrogue el acuerdo, pero poniendo condiciones duras para mantener viva la tensión mundial. De ese modo no queda mal ni con tirios ni con troyanos y no satisface a nadie, pero se asegura posiciones para futuras negociaciones.

La paz y la unidad nacional van de la mano

Cuando el próximo viernes el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, cruce hacia el sur de la zona desmilitarizada entre ambas Coreas, para encontrar a su par del Sur, Moon Jae-in, será la primera vez que un mandatario del Norte visita el Sur y se habrá dado un paso gigantesco hacia la anunciada reunión cumbre de Kim con Trump.
El gran artífice del acercamiento es el presidente Moon, discípulo del ex presidente y Premio Nobel de la Paz Kim Dae-jung, quien hace ya veinte años lo exhortó a seguir luchando por la paz con Corea del Norte. Doce meses después de asumir como presidente, Moon está a punto de lograr que el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un se reúnan. Es un encuentro tan cargado de consecuencias que amenaza con eclipsar el propio encuentro histórico de Moon con Kim.
En los últimos días Kim anunció que extendería el congelamiento a las pruebas de armas y desmantelaría una instalación nuclear clave antes de reunirse con Moon. Mientras tanto, éste dijo también que los norcoreanos han abandonado su demanda de retiro de las fuerzas estadounidenses del Sur. “El objetivo final es la prosperidad mutua de Corea del Sur y Corea del Norte”, puntualizó Moon el jueves en Seúl.
Sin embargo, Trump puso el domingo paños fríos al entusiasmo, al aclarar en un tuit que él todavía tiene esperanzas de llegar a una cumbre con Kim, pero que falta aún aclarar muchos puntos. El probable encuentro tendría lugar hacia fines de mayo o bien en junio. Aunque el norteamericano ha elogiado algunos de los más recientes movimientos del norcoreano, el planeado encuentro todavía no tiene fecha cierta ni lugar ni agenda. Para apresurar las negociaciones viajó hace pocas semanas a Pyongyang el todavía jefe de la CIA y designado secretario de Estado Mike Pompeo.
Claro que no hay alternativa pacífica a la realización de la cumbre, pero –como es conocido- el diablo se esconde en los detalles y una mínima diferencia sobre la agenda puede hacer retrasar el acuerdo por meses o años que resultarían fatales.

El endurecimiento de los frentes enfrentados confirma que estamos en una guerra fría que se puede calentar en cualquier momento y lugar. Por ello es tan valioso el acercamiento intercoreano. Roguemos que nada ni nadie lo quiebre.

viernes, 20 de abril de 2018

La prolongación del conflicto sirio nos involucra

Después de la guerra es antes de la guerra

En Siria se juega no sólo la suerte de Medio Oriente sino la de la competencia entre EE.UU. y Rusia y la posibilidad de que Gran Bretaña y Francia vuelvan a primera “A”
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
19 de abril de 2018
Eduardo J. Vior
Después del bombardeo aliado del sábado pasado la guerra que azota a Siria desde hace siete años se reanudó con toda su virulencia. Es que las potencias occidentales y sus aliados en la región no pueden admitir que el gobierno de Baschar al Assad recupere el control sobre la totalidad del territorio. Para ello ya están pensando cómo mantener un contingente en el noreste del país.

Después de tres días de espera, finalmente, el martes por la mañana los investigadores de la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) pudieron entrar en las áreas de la ciudad de Duma (al este de Damasco) afectadas el sábado 7 por un ataque con armas químicas. En el atentado murieron más de 40 civiles. Las potencias occidentales inmediatamente acusaron al gobierno de Baschar al Assad por la autoría del mismo, justificando así el bombardeo con cohetes del sábado 14.

Los inspectores habían llegado a Damasco el día del bombardeo, pero no pudieron ser transportados a la región afectada por la subsistencia en la misma de actividad terrorista. Así, al menos, lo informó la agencia estatal de noticias SANA. Este retraso fue aprovechado por franceses y norteamericanos quienes acusaron a los expertos militares rusos de haber limpiado todas las pruebas de la autoría siria.

Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron concurrió el martes al Parlamento Europeo en Estrasburgo donde defendió ardorosamente el bombardeo del sábado. Sin embargo, admitió que se había tratado más de una decisión política que económica. “Han intervenido tres países –dijo el mandatario- y permítanme serles franco: lo hemos hecho sobre todo por el honor de la comunidad internacional. Estos ataques no resuelven nada, añadió, pero creo que son muy importantes”.

En tanto, desde el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores han instado a los países que el sábado bombardearon Siria a no interferir en la investigación del supuesto incidente químico en Duma. Poco antes su par francés había asegurado que Rusia y Siria están impidiendo la investigación de la OPAQ en Duma.

Horas más tarde, la portavoz de la cancillería rusa, Maria Zajárova, respondió en cuatro puntos al ataque francés: 1) “Fue Rusia la que apoyó con más energía la realización de una investigación de la OPAQ lo más pronto posible”, señaló Zajárova. 2) “Aun no siendo organizadora del viaje, Rusia ofreció toda la ayuda necesaria y los inspectores ya están en Duma”, agregó. 3) “El acceso de los inspectores fue obstaculizado por la permanencia de milicianos en Duma y la ONU quería tener más seguridad”, siguió. 4) “No queda claro, por qué el Ministerio de Exteriores de Francia habla en nombre de la OPAQ y de los inspectores. Si éstos tuvieran problemas, lo habrían manifestado ellos mismos”, terminó.

Entre tanto, según la agencia oficial SANA, el mismo martes se firmó en la localidad de Dumeir un nuevo acuerdo para la evacuación de combatientes del Yaish al Islam (Ejército del Islam). El acuerdo consiste en la salida de cerca de 1000 combatientes de Dumeir, situada en la región de Qalamun, a unos 50 kilómetros al noreste de la capital siria. Este tipo de acuerdo, llamado de “reconciliación”, permite el mantenimiento de los rebeldes en el lugar mediante un alto al fuego. A cambio, las autoridades autorizan la entrada de ayuda y mercancías. No obstante, los milicianos de Yaish al Islam deberán trasladarse a Jarablos, un territorio rebelde al noreste de Alepo.

Se prepara la nueva guerra

Al mismo tiempo que el Ejército Árabe Sirio (EAS) recupera el control sobre el centro y sur del país, EE.UU. y Rusia se preparan para una batalla mayor entre las fuerzas que respectivamente protegen en el este de Siria. De acuerdo al diario libanés Al-Masdar News, el EAS está concentrando grandes contingentes en la ribera occidental del Éufrates, al este de Deir Ezzor, donde ingenieros militares rusos recientemente construyeron un puente. Si las tropas lo cruzan, estarán muy cerca del yacimiento petrolífero de Al-‘Umar, el mayor de la región.

Sin dudas, las milicias árabes sostenidas por Estados Unidos resistirán, lo que obligará a éstos últimos a intervenir. El presidente Donald Trump ha vuelto a anunciar que “pronto” comenzará a retirar de Siria a los 2000 efectivos norteamericanos distribuidos entre el noreste, el este y el sur del país. Para evitar, empero, que los territorios que ahora ocupa caigan en manos gubernamentales o iraníes, sus funcionarios están negociando la organización de una fuerza árabe multinacional que intervenga en Siria contra el gobierno de Assad. El ministro de Relaciones Exteriores saudita, Adel al-Jubeir, confirmó el dato el martes y agregó que su reino ha ofrecido enviar fuerzas del bloque de países sunitas organizado por Saudiarabia.

El propio John Bolton, Consejero Nacional de Seguridad de Trump, llamó hace pocos días a Abbas Kamel, jefe de la inteligencia egipcia, para preguntar si El Cairo estaría dispuesto a colaborar con la empresa, pero sólo recibió evasivas. Egipto ya está enfrascado en una lucha sin fin contra el EI en la península de Sinaí y tiene grandes efectivos comprometidos en el control de la frontera libia, que desde el asesinato de Gadafi está fracturada entre múltiples bandas y clanes en guerra permanente.

Una alternativa que se baraja es que la contratista privada Blackwater se haga cargo, pero el dueño de ésta, Erik Prince, no quiere meterse en Siria sin el apoyo de Trump.

Si EE.UU. y sus aliados no logran hallar pronto un testaferro que se haga cargo de las milicias árabes y kurdas que ellos prohijaron en el noreste y este de Siria y el EAS, apoyado por Rusia, sigue su avance, los occidentales pronto se verán confrontados con los rusos. Éstos son sumamente prudentes y tratarán de evitar el choque, pero no detendrán a sus aliados sirios e iraníes. En ese caso, Trump nuevamente será presionado por el Pentágono, Gran Bretaña y Francia “por una cuestión de honor”. Si cede, se meterá en una guerra sin fin. Si resiste y retira las tropas, será muy atacado en casa.

De la suerte de Siria dependen el control sobre la producción y transporte de los hidrocarburos de Medio Oriente, el trazado final de la Ruta de la Seda que está construyendo China y el diseño de las respectivas áreas de influencia rusa y norteamericana en el Medio Oriente ampliado. Finalmente, esta guerra decidirá también si Gran Bretaña y Francia retornan a la primera “A” aprovechando la decadencia estadounidense. Por el dominio que el Reino Unido, Francia e Israel tienen actualmente sobre nuestro país y el Atlántico Sur, este último punto nos atañe directamente. Estamos más comprometidos con la guerra del Medio Oriente de lo que pensamos.

domingo, 15 de abril de 2018

El Pentágono, May y Macron arrastran a Trump a la guerra

Cien cohetes para llevar el conflicto en Siria a una guerra permanente
Una coalición liderada por EE.UU. lanzó un bombardeo un día antes de la llegada de los expertos que deben determinar si se produjo un ataque con armas químicas y quién lo provocó. La publicitada participación de Gran Bretaña y Francia en la agresión realizada por fuera de la ONU ubica de nuevo a los ex imperios coloniales en los territorios del Medio Oriente
por Eduardo J. Vior
Tiempo Argentino
15 de abril de 2018
Finalmente, Donald Trump no pudo evitar regalar a los militares propios, británicos y franceses un justificativo para la guerra permanente. En la noche argentina del viernes EE UU, el Reino Unido y Francia lanzaron 103 cohetes contra Siria en respuesta al supuesto ataque químico llevado a cabo la semana pasada en la ciudad de Duma. No afectaron ningún objetivo militar, pero impidieron próximos diálogos de paz sobre Medio Oriente. Quizás era el objetivo ambicionado, para legitimar el regreso de las potencias coloniales británica y francesa a la política mundial.

El viernes por la noche el presidente estadounidense justificó su decisión de atacar el territorio sirio aclarando, empero, que "los EE UU no buscan una presencia permanente en Siria", y limitando eventuales expectativas: "Los Estados Unidos serán un aliado y amigo, pero el destino de la región está en las manos de sus propios pueblos". Y el sábado usó su cuenta de Twitter para declarar: "No podía haber tenido un mejor resultado. ¡Misión cumplida!", usando las mismas palabras elegidas en 2003 por George W. Bush, tras la invasión a Irak.

Por el contrario, el sábado la primera ministra británica Theresa May se amparó en la ley humanitaria para fundamentar los bombardeos.

Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin declaró que "la escalada actual tiene un impacto devastador en todo el sistema de relaciones internacionales. La historia ya ha depositado en Washington una pesada responsabilidad por las masacres de Yugoslavia, Irak y Libia".

En la mañana del sábado se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU, pero con ocho votos y cuatro abstenciones rechazó la moción condenatoria presentada por Rusia y apoyada por China y Bolivia. El borrador de la resolución consideraba que el ataque representa una violación del derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas, y pedía a las tres naciones que eviten en el futuro el uso de la fuerza contra el gobierno de Bashar al-Assad. A cambio, la representante de EE UU, Nikki Haley, lanzó una agresiva advertencia: "Estamos preparados para mantener la presión si el régimen sirio es tan estúpido como para poner a prueba nuestra voluntad". Y fue aún más lejos al advertir que "si el régimen sirio usa gases venenosos nuevamente, EE UU está cargado y engatillado".

Según el gobierno sirio, en tanto, con el bombardeo se buscó impedir el trabajo de los expertos de la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que, a pesar del riesgo, ayer comenzaron sus investigaciones en Duma para determinar si el 7 de abril efectivamente se usó gas clorín en un ataque contra civiles y quién lo utilizó. Ya el viernes, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se había mostrado convencido de que el ataque fue "una nueva puesta en escena" y el vocero de las fuerzas armadas rusas, Igor Konachenkov, fue aun más lejos y denunció directamente al Reino Unido como autor del mismo.

En tanto, el presidente de Siria Bashar al-Assad pidió el sábado "que las potencias occidentales que apoyan al terrorismo reconozcan que han perdido el control (sobre la situación en Siria)". 

De acuerdo al jefe de operaciones conjuntas en el estado mayor ruso, Serguéi Rudskói, 103 cohetes fueron lanzados hacia el país árabe, pero "71 de ellos fueron interceptados". "Ningún proyectil entró en la zona de responsabilidad de Rusia", indicó el militar en rueda de prensa en Moscú, por lo que "nuestros sistemas antiaéreos no fueron utilizados". 

En el ataque participaron buques y aviones norteamericanos junto con las fuerzas aéreas británicas y francesas. Fueron afectados un objetivo en Damasco y dos en la provincia central de Homs. Según el jefe ruso, fueron bombardeados depósitos abandonados hace tiempo y algunos de esos puntos resultaron parcialmente destruidos, pero "no había personas ni equipo en ellos", aseguró. "La OPAQ ya constató que no hay instalaciones de producción de armas químicas en Siria", acotó Rudskói. Si las hubiera habido, los gobiernos occidentales habrían incurrido en complicidad por no haberlas denunciado antes.

En la acción se dispararon el doble de proyectiles de los que se usaron en una similar hace un año y se atacaron tres objetivos en lugar de uno, pero Trump se preocupó por no afectar unidades rusas o iraníes. 

A falta de evidencias objetivas, todo indicaría que el sábado 7 en Guta hubo un atentado "de falsa bandera" para opacar el triunfo del ejército sirio y justificar una intervención occidental, arrastrar a Irán a un conflicto frontal y contener a Rusia y Turquía. No casualmente el supuesto ataque con armas químicas se produjo poco antes de que el Ejército del Islam terminara de evacuar la ciudad con un salvoconducto ruso.  Trump trató de limitar la acción para mantener el diálogo con Putin, pero ahora el líder ruso está compelido a responder. No es de extrañar, entonces, que se intensifiquen los ataques gubernamentales contra los islamistas en la norteña provincia de Idlib, que avance la liberación de los territorios al este del Éufrates bajo ocupación norteamericana y que Hezbolá tenga vía libre para responder a las provocaciones israelíes. Barack Obama quería imponer el imperio universal de EE UU y fracasó. Donald Trump, por el contrario, es un nacionalista realista que quiere salvar lo que queda del imperio, pero quedó igualmente entrampado en Siria. Si retrocede ante Rusia, pierde. Si avanza, se enfrasca en una interminable guerra regional a lo George Bush. Este sábado ya cometió el peor de sus errores al dar patente de guerra a los viejos imperios coloniales. Gran Bretaña y Francia sólo pueden arrastrar a EE UU a horrendas aventuras sin responsabilidad ni capacidad para afrontar las consecuencias. La debilidad del presidente norteamericano agrava el desorden mundial. 

Preocupación del Papa
El Papa Francisco se mostró "preocupado por Siria", en una conversación que tuvo ayer con el patriarca ortodoxo de Moscú, Cirilo, en la que ambos religiosos hablaron de "frenar la guerra" en el país asiático.

"Tuvimos una conversación con el Papa Francisco en la que compartimos las mismas preocupaciones por la situación en Siria", aseguró Cirilo en diálogo con la agencia rusa Tass. Luego el vocero papal Greg Burke confirmó la llamada.

"Fue un diálogo significativo por la paz. Hablamos también de cómo los cristianos deberían influenciar el curso de los eventos con el fin de hacer cesar la violencia, frenar la guerra, evitando todavía más víctimas", reveló el líder de la más grande de las Iglesias ortodoxas del mundo.

"Lo hicimos porque los cristianos no pueden estar a un lado, limitándose sólo a mirar lo que está pasando en Siria", aseguró el principal líder religioso de Rusia y aliado de Vladimir Putin.

Francisco y Cirilo se encontraron en febrero de 2016 en Cuba, en una reunión que marcó el fin a casi 1000 años de distanciamiento entre la Iglesia católica y la principal Iglesia de Rusia.

Con Kiril al frente, el Patriarcado de Moscú y toda Rusia suman unos 120 de los 200 millones de creyentes ortodoxos. «

jueves, 12 de abril de 2018

Los imperios antiguos empujan a EE.UU. al choque

Se perfila el mapa de la nueva guerra

En su tercera fase la guerra en Siria se internacionaliza y expande, abarcando el Golfo Pérsico, mientras las potencias occidentales se reparten Brasil
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
12 de abril de 2018
Eduardo J. Vior
Cuando la expulsión de los últimos terroristas de Guta Oriental parecía anunciar el fin de la guerra en Siria, un supuesto ataque con gas contra civiles en dicha región sirve de pretexto, para que EE.UU., Gran Bretaña y Francia preparen, con apoyo israelí, un masivo bombardeo del país. En tanto, la inauguración de la base naval británica en Baréin y el puerto chino en Gwadar, Paquistán, amplían enormemente el teatro de operaciones de Medio Oriente. Para asegurarse la retaguardia, las potencias occidentales ya han ocupado en los últimos tres años el Atlántico Sur y están desguazando Brasil, pero su poder no es tan seguro como suponen.

En Siria comienza el capítulo 3

El miércoles 11 por la mañana el presidente Donald Trump anunció por Twitter que pronto “caerán sobre Siria nuevos cohetes hermosos e inteligentes”. Ésta fue la primera reacción pública del mandatario a la versión de que el sábado pasado 70 civiles habrían sido hallado muertos con gas clorín en Duma, Guta Oriental, pocos kilómetros al este de Damasco.
Mientras que la Media Luna Roja (el equivalente de la Cruz Roja) y los gobiernos de Siria y Rusia niegan el atentado, sólo los llamados Cascos Blancos (una organización asistencial ligada a la oposición siria) confirmaron el ataque. Sin prueba objetiva alguna, los líderes occidentales –ante todo Emmanuel Macron- se apresuraron a inculpar al gobierno sirio. La exigencia rusa de una investigación independiente fue desoída.
Respondiendo a Trump, Maria Zakharova, vocera del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, posteó en Facebook que “los cohetes inteligentes deberían ser disparados contra los terroristas y no contra el gobierno legítimo que ha estado combatiendo al terrorismo en su territorio durante años”. Advirtió también que un bombardeo con cohetes podría destruir la evidencia necesaria, para determinar si en el ataque se usaron armas químicas. Al advertir que cualquier ataque contra Siria sería respondido, Rusia descolocó a los estrategas del Pentágono. Su hesitación hace crecer las dudas sobre la veracidad de sus afirmaciones y la tardanza en responder debilita al gobierno norteamericano.
Hasta la semana pasada el presidente era partidario de que EE.UU. se retire pronto de Siria. Sin embargo, la presión conjunta del secretario de Defensa Jim Mattis, del presidente francés Emmanuel Macron, del Emir de Catar Tamim bin Hamad Al-Thani y de la primera ministra británica Theresa May parece haberlo arrastrado a profundizar y extender la intervención occidental en Medio Oriente.
Si EE.UU. en Siria sólo ataca un objetivo, no hará mella en la conducta de sus enemigos. Si, en cambio, ataca un alto número de blancos (como se prevé), la reacción de sus adversarios puede afectar a las fuerzas norteamericanas, europeas e israelíes en Oriente Medio, el Mediterráneo Oriental y el Golfo Pérsico. Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin, apuesta alto, al confrontar a Trump con el riesgo de una guerra regional en la que no es seguro que Rusia pueda vencer, pero es su única chance para  obligarlo a negociar. Esta batalla definirá el curso de la gran guerra de Medio Oriente y el balance de poder mundial.

Nostalgias del Empire

La inauguración el pasado miércoles 4 de una base naval permanente en Baréin (Golfo Pérsico) muestra que la monarquía británica quiere refundar su poder mundial con la ayuda de los capitales de las ex colonias. A cambio les ofrece lo que más sabe hacer: la guerra.
En el acto realizado en Manama estuvieron presentes el príncipe Salman Bin Jamad Al Jalifa y Andrew, Duque de York. La Base de Apoyo Naval (NSF, por su sigla en inglés) puede alojar alrededor de 500 efectivos de la Marina y es la primera instalación militar permanente del Reino Unido al este del Canal de Suez desde 1971. También las fuerzas especiales usarán la base para sus acciones en el Medio Oriente ampliado y Afganistán.
La construcción del puesto fue posible, porque el gobierno bareiní pagó 31 de los 40 millones de libras esterlinas (56 millones de dólares) que costó la obra. Londres decidió construir la base en parte, porque EE.UU. estaba desplazando sus principales operaciones hacia el área del Asia-Pacífico, pero también, porque la crisis de la unidad europea –aún antes del Brexit- aconsejaba a la Corona apoyar su poder en el área atlántica y africana. Con bases navales en Ascensión, Santa Helena, Gough, Tristan da Cunha, Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, el Atlántico Sur está firmemente en manos británicas. En alianza con Holanda, Francia, Israel y Chile tiene, además, el control de Argentina, mientras que los golpes de estado de 2016/18 en Brasil y 2018 en Suráfrica eliminaron la competencia de potencias emergentes. Por otra parte, la fuerte presencia rusa en Siria ha hecho muy inseguro el Mediterráneo Oriental. Asegurar la línea de abastecimiento petrolero desde el Golfo Pérsico e intervenir en el Medio Oriente es, en la visión de la Casa de Windsor, la única alternativa para superar a Alemania y Rusia e imponer a China sus condiciones.

Perspectivas internacionales del golpe de estado en Brasil

La exitosa batalla defensiva que Lula da Silva libró el pasado fin de semana opacó el desguace del Estado brasileño que las potencias occidentales están realizando desde 2016.
Muchos analistas ven el enorme paquete de privatizaciones que el gobierno golpista de Michel Temer intenta imponer desde el pasado agosto como la continuidad de las reformas neoliberales de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002). Sin embargo, sus alcances son menores, por un lado, y sus efectos mayores, por el otro.
En agosto de 2017 el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, presentó un plan de 57 privatizaciones que incluía Petrobras, Eletrobras, Embraer, otras empresas públicas, la Casa de la Moneda y la Caixa Econômica Federal. Sin embargo, hasta el momento sólo pudo entregar a empresas extranjeras cuatro grandes represas hidroeléctricas y grandes áreas del presal, los yacimientos submarinos frente a la costa de São Paulo y Rio de Janeiro.
Después de que Meirelles renunciara la semana pasada para hacer campaña presidencial en la línea del presidente, su sucesor, Eduardo Guardia, destacó la prioridad de la privatización de Eletrobras, la gigantesca transportadora estatal de energía, y el presidente designó este domingo 8 a Wellington Moreira Franco, hasta entonces secretario de la Presidencia, como ministro de Minas y Energía. Con un valor de mercado cercano a los 9500 millones de dólares y una participación estatal del 80%, Eletrobras afronta fuertes deudas, dificultades operativas y una capacidad insuficiente para invertir. Además fue involucrada en escándalos de corrupción que bajaron aún más su valor de mercado. Sin embargo, su carácter estatal es la garantía de abastecimiento de energía accesible para grandes regiones del país. Por eso la batalla en torno a su eventual privatización es un combate mayor.
Otra lucha épica se libra en torno a la posible fusión de Embraer con la norteamericana Boeing. Tercera fabricante de aviones del mundo, la empresa (en la que el Estado aún tiene una acción de oro) es un bocado codiciado por europeos y norteamericanos. Aunque hasta hace poco promovía la operación, ante la fuerte oposición sindical su presidente, Paulo Cesar de Souza, aseguró el martes 10 que la posible fusión no es “una asociación vital” y no descartó la posibilidad de “considerar otras cosas interesantes”.
Los frenos y obstáculos puestos al programa de privatizaciones no compensan, empero, la enorme pérdida de soberanía que Brasil sufrió al entregar en octubre pasado grandes áreas del presal. Seis de los ocho bloques licitados fueron entregados a precio vil a empresas europeas, norteamericanas y chinas. Entre las 16 habilitadas estuvieron algunos de los gigantes del petróleo mundial. Por ejemplo, el campo de Norte de Carcará, en la cuenca de Santos, fue entregado a ExxonMobil (Estados Unidos), Statoil (noruega) y Petrogal (portuguesa). El campo Sur de Gato do Mato, también en la cuenca de Santos, en tanto, quedó en manos de la angloholandesa Shell y de la francesa Total. Sólo em Sapinhoá Petrobras retuvo el 45% de participación, complementada con 30% de Shell y 25% de Repsol Sinopec (España-China).
La destrucción de Petrobras anula sus históricas operaciones en Nigeria y Angola y deja el control de los hidrocarburos del Atlántico Sur en manos europeas y norteamericanas. Además, debilita enormemente la capacidad de negociación internacional de Brasil y su capacidad de liderazgo regional.

La reanudación de la guerra del Medio Oriente ampliado está motivada por la desesperación de las fuerzas atlantistas ante el predominio ruso en la región, pero la simultánea inauguración de la base naval británica en Baréin y del puerto chino en Gwadar, Paquistán, amplía sustancialmente el teatro de operaciones. El desguace del Estado brasileño y el reciente golpe de estado en Suráfrica dan a los británicos la sensación de controlar el Atlántico Sur sin rivales, pero el enorme desarrollo reciente de las flotas rusa y china y la extensión de las líneas de abastecimiento en torno a África indican que la marina insular no debería estar tan tranquila. Estamos más cerca del Golfo Pérsico de lo que se piensa.

jueves, 5 de abril de 2018

El Pentágono ataca la Ruta de la Seda

Siria sigue siendo el nudo del mundo

El plan norteamericano para dividir Siria y Oriente Medio, la campaña anglofrancesa contra Rusia y el conflicto comercial con China se dirigen a frenar el Camino de la Seda.
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
5 de abril de 2018
Eduardo J. Vior
Desde 2016 el nacionalismo trumpista desafió la hegemonía globalista. El presidente sigue una estrategia de retirada y consolidación del poder. El establishment, por el contrario, lo cerca, para retomar la iniciativa mundial. El presidente cedió en muchos campos, pero sigue buscando acordar con Moscú y Beijing la delimitación de áreas de influencia. Sus enemigos, en cambio, quieren dividir Rusia y aislar a China. Ambos bandos coinciden en contener a Beijing, pero mientras que el presidente quiere llegar a negociaciones, sus competidores quieren hacer fracasar la Ruta de la Seda. Para ello, tratan de prolongar y extender la guerra en Oriente Medio, debilitar a Rusia y dificultar los vínculos entre Alemania y China.

Prolongar y extender la guerra de Siria

Después de una cumbre tripartita en Ankara el miércoles pasado, los presidentes de Turquía, Rusia e Irán manifestaron en una declaración conjunta su apoyo a la unidad nacional de Siria y su oposición al terrorismo. Asimismo se comprometieron a “apoyar los resultados del Congreso [del pueblo sirio, reunido en la capital kazaka Astaná], en particular el acuerdo para formar un Comité Constitucional apoyado por el Secretario General de la ONU y la comunidad internacional”.
Con la declaración conjunta los tres jefes de Estado rechazan la formación de un Estado kurdo independiente y abogan por la retirada de Siria de todas aquellas tropas extranjeras que no hayan sido convocadas por el gobierno de Bashar al Assad. Erdogan concede que el presidente sirio siga en el mando, por lo menos hasta que termine el proceso constitucional, a cambio de que sus interlocutores le permitan combatir la insurgencia kurda al mismo nivel que la del Estado Islámico (EI).
Entre tanto, luego de haber manifestado el fin de semana que pronto retiraría las tropas estadounidenses de Siria, el martes Donald Trump debió retroceder una vez más ante la presión del secretario de Defensa James Mattis y aceptar que EE.UU. mantenga sus 20 bases en el país árabe “por un tiempo más”.
Según la politóloga iraní residente en Beirut Nazanín Armanian (http://blogs.publico.es/puntoyseguido/4790/sirialeaks-revela-el-plan-de-6-puntos-de-eeuu-para-romper-siria/), EE.UU. y sus aliados tienen un plan para dividir Siria y redistribuir las zonas de influencia en Oriente Medio. La escritora revela este “plan de seis puntos” basándose en un telegrama diplomático confidencial que fue filtrado a un diario libanés. De acuerdo a este documento, Washington y sus aliados (Reino Unido, Francia, Jordania y Arabia Saudita) quieren “evitar una solución política” para la nación árabe prolongando la guerra y asegurando su ocupación militar al este del Éufrates, para así poder “repartir las zonas de influencia en Siria y todo Oriente Medio”. “Lo que está sucediendo en Siria es una guerra semimundial para un reparto nuevo de las zonas de influencia”, denuncia la escritora.

La mentira de Theresa May tiene patas cortas

Mientras las acusaciones británicas contra Rusia por su supuesta autoría del atentado con un arma química contra el ex doble agente ruso Serguei Skripal y su hija (el 4 de marzo pasado) se desinflan cada día más y sus aliados buscan salir del atolladero en que los metió Theresa May, Rusia está llevando el caso a todas las instancias diplomáticas y exige ser incluida en las investigaciones.
Entre tanto, el secretario del Foreign Office, el cómico Boris Johnson, va a tener que dar explicaciones públicas, tras haber demostrado la embajada rusa en Londres que el 20 de marzo su ministerio borró un tuit en el que acusaba la responsabilidad rusa. La revelación del borrón puso al gobierno británico en nuevos apuros, luego de que el martes pasado las autoridades del laboratorio real de armas químicas en Porton Down declararon que ellos habían establecido que el arma utilizada era la denominada “Novichok” (cosa nueva), pero que no habían detectado el origen de la misma.
El escándalo por el presunto ataque ruso se está convirtiendo rápidamente en otro por la evidencia de la provocación anglofrancesa.
Es que se comprobó que expertos galos se sumaron a la investigación británica sin notificación a la Oficina Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, por su sigla en inglés). Sendas listas de preguntas aclaratorias presentadas por las embajadas rusas en Londres y París siguen todavía sin respuesta.
A esta altura del conflicto los aliados del Reino Unido no saben cómo librarse de un papelón que ha costado la peor crisis diplomática internacional desde el fin de la Guerra Fría. Como señala en un comentario oficioso Karin Bensch, la enviada de la TV estatal alemana ARD en Bruselas, la primera ministra británica Theresa May aprovechó el caso Skripal, para mejorar su imagen, alicaída por el avance del Brexit, mostrar autoridad y obligar a la UE a apoyarla. La provocación –añade este analista- debía también servir para justificar la intervención anglofrancesa en Siria y deslegitimar la participación de Alemania en el Camino de la Seda, pero está volviendo hacia sus autores como un búmerang.

La guerra comercial EE.UU.-China afecta a Alemania

El jueves pasado volvió una cierta calma a los mercados y bolsas internacionales, después de que representantes de Estados Unidos y de China insinuaron la posibilidad de negociar sobre su intercambio comercial.
Como reacción ante la publicación el martes pasado de una lista norteamericana con 1300 bienes importados desde China que en los próximos meses podrían ser castigados con subas de aranceles, la República Popular amenazó el miércoles con aplicar a las importaciones de soja, aviones, autos y otros productos tasas del 25%. Se trataría en total de 106 productos por un total de 50 mil millones de dólares que se sumarían a los 128 productos que ya pagan mayores aranceles desde principios de esta semana.
Con el anuncio chino se agudizó la tensión comercial entre ambas potencias y los mercados y bolsas del mundo reaccionaron con fuertes bajas que sólo fueron compensadas el jueves. Sin embargo, los principales afectados por la guerra comercial son empresas europeas y, entre ellas, especialmente algunas alemanas. Sobre todo la amenaza china de aumentar los aranceles de importación para automóviles afecta a empresas suralemanas, ya que, por ejemplo, Daimler AG (fabricante del Mercedes Benz) y BMW exportan a China desde Estados Unidos, mientras que Volkswagen, Ford y General Motors hace ya tiempo que producen dentro de la misma China. También el fabricante de autos eléctricos Tesla sería fuertemente golpeado.

Donald Trump sube su apuesta, para obligar a China a renegociar sus relaciones comerciales y delimitar áreas de influencia, tanto regionales como por rama económica. El principal perjudicado en este conflicto es Alemania, que tiene una profunda imbricación con la economía china, pero también con la estadounidense. Para el mandatario éste es un beneficio secundario, pero importante, de su ofensiva. En estos puntos el presidente hasta puede contar con el apoyo de los globalistas, si el conflicto no se extiende a las finanzas. Pero éstos lo combaten duramente en su intento de entendimiento político-militar con Rusia, porque el Pentágono se ha arrogado la conducción de la política exterior de EE.UU. y quiere evitar la formación de un bloque euroasiático que, a lo largo de la Ruta de la Seda, vincularía a China con Rusia y Alemania. Prolongar y extender la guerra en Siria implica evitar que el Camino llegue al Mediterráneo. Para ello alientan la campaña anglofrancesa contra Rusia y su intervención militar en Siria. La sufrida nación árabe sigue siendo el nudo del mundo.

martes, 3 de abril de 2018

Un "bombazo" económico contra la hegemonía de EE.UU.

Con el petroyuán China ofrece la independencia del dólar

Los efectos económicos del nuevo mercado de Shanghai recién comenzarán a sentirse a partir de septiembre, pero los políticos son inmediatos y de largo alcance

El lunes pasado la Bolsa de Shanghai comenzó a comerciar opciones de compra de hidrocarburos a futuro en yuanes. Si bien China es el mayor comprador de petróleo del mundo, su mercado no abarca todavía más del dos por ciento de las transacciones mundiales y las opciones recién se efectivizarán a partir de septiembre próximo. No obstante, la nueva alternativa de intercambio puede atraer a muchos vendedores y da una fuerte señal política. La irreversible decadencia del dólar ha comenzado y todos los países que realmente quieran desarrollarse deberían tenerlo en cuenta.

El nuevo mercado de futuros tuvo un comienzo fulminante y ya superó en volumen al Brent extraído del Mar del Norte y que se comercializa en Londres. En cinco días la cotización a septiembre tuvo un alza del tres por ciento, cerrando el viernes a 418,90 yuanes (U$S 66,85). El éxito conseguido y la perspectiva de que China aumente aún más sus compras hicieron subir la cotización del combustible en todos los mercados.
 
“En 2017 China superó a EE.UU. como mayor importador de petróleo, comentó Sushant Gupta, consultor energético en Wood Mackenzie citado por Reuters, de modo que es natural que quiera desempeñar un rol más activo e influir sobre el precio del crudo. Los precios que se convengan en Shanghai van a reflejar la evolución de los abastecimientos y la demanda china”, añadió.
 
Algunos inversores tenían temor de que el mercado en petroyuanes estuviera sometido a regulaciones estatales, como los mercados de hierro y carbón. También se advertía contra la obligación a los vendedores de mantener cuantiosas reservas de petróleo en depósitos chinos, para desalentar los capitales golondrina. A pesar de esta desconfianza Glencore, el gigante mundial en transacciones de commodities, entró a comprar futuros chinos desde el primer día.

China atrae a los inversores eximiéndolos de pagar el impuesto sobre la renta. Tampoco tendrán que oblar los impuestos por las comisiones de los contratos de futuro. Además, estas obligaciones permiten a los productores de petróleo vender el crudo a cambio de yuanes libremente convertibles en oro.
 
Según comenta Max Keiser, columnista económico de la Televisión Rusa (RT), la apertura del nuevo mercado es una medida bastante valiente de China, ya que los Estados Unidos no querrán perder sin lucha la hegemonía del dólar como principal moneda de reserva –fundamento de su poder mundial-. Sin embargo, continúa, la potencia asiática tiene la voluntad y el poder, como para avanzar en la desdolarización de la economía mundial.
 
Para exportadores de petróleo que sufren sanciones unilaterales de EE.UU., como Rusia, Irán, Catar y Venezuela, el nuevo mercado ofrece una posibilidad de evadir el bloqueo. En este mismo sentido en una entrevista dada a Radio Uruguay el economista mexicano Ariel Noyola afirmó que “el petroyuán tomó impulso a partir de las sanciones económicas que tanto EE.UU. como la Unión Europea impusieron a Rusia [en 2014]. En aquel momento el gobierno de Putin firmó un acuerdo con China, para garantizar el suministro de crudo y Gazprom comenzó a comercializar sus hidrocarburos en yuanes”, recordó.
 
“La estrategia de China para internacionalizar su moneda no incluye solamente el petroyuán, continuó, sino también la firma de acuerdos swap de divisas con otros bancos centrales y la instalación de centros de liquidación en el extranjero para abrir cuentas de depósito. Incluso hay que recordar el anuncio que hizo el FMI en el 2015 de incorporar el yuan en los derechos especiales de giro”, agregó.

Al abrir el nuevo mercado, China tiene dos objetivos: primero, proteger a sus empresas de la volatilidad financiera. Segundo, establecer un precio stándard para el petróleo, capaz de competir con el Brent y el West Texas Interemdiate. Para ello necesita atraer capitales de todo el mundo. Por eso es que el mercado funciona hasta las 2,30 hs. de la mañana, de manera de coincidir con el horario diurno en Europa y EE.UU.

Hay fuertes rumores de que los negociadores chinos quieren atraer a los sauditas a su mercado. De hecho, inversores asiáticos se han presentado a la oferta pública de acciones de Aramco, el gigante petrolero estatal saudita que ahora está incorporando capital privado. Al decir de Max Keiser, “los sauditas pueden tener um gran interés en asociarse com capitales chinos. El reino tiene un fuerte déficit presupuestario, quiere mantener Aramco a flote y en sus manos. Quería ofrecer acciones en las bolsas de Londres y Nueva York, pero se abstuvo de hacerlo, después de que la Justicia norteamericana dio curso a la demanda de los familiares de los muertos del 11-09-2001 contra la complicidad de la monarquia saudita en los atentados”.

El economista Carl Weinberg, director general de High Frequency Economics, va aún más allá y predice que China “obligará” a Arabia Saudita a abandonar el petrodólar y a comercializar su petróleo en yuanes, una medida que, según él, arrastrará al resto del mercado petrolero y debilitará aún más el dólar estadounidense como moneda de reserva global.

Previsiblemente, Estados Unidos no abandonará sin lucha la hegemonía que detenta desde 1945. Agitaciones, revueltas y guerras se sucederán en todo el trayecto de la Ruta de la Seda y la Faja marítima. Las potencias emergentes que quieran liberarse de la tutela del dólar sufrirán grandes convulsiones. No obstante las dificultades, las perspectivas que abre esta nueva alternativa ameritan el esfuerzo de todos los gobiernos que verdaderamente quieran la autodeterminación de sus pueblos.