jueves, 1 de febrero de 2018

La falta de reglas aumenta el peligro de guerra


Cada cual atiende su juego

La falta de reglas claras entre las grandes potencias está creando una anarquía en la que todos maximizan sus apuestas, sin atender a las consecuencias
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
1-02-18
Eduardo J. Vior
La reciente retirada de los EE.UU. de los escenarios mundiales donde solía intervenir no ha sido compensada por un orden mundial alternativo. Al mismo tiempo, el intento de militares y diplomáticos norteamericanos por dictar al presidente Trump la estrategia a aplicar conduce a contradicciones que hacen imprevisible la política de Washington, sin que nadie pueda remplazarlo completamente. En los espacios vacíos se cuelan, entonces, potencias medianas y conspiraciones que extreman los conflictos.

EE.UU. y Turquía pueden chocar en Siria

Mientras que el ejército turco continuaba avanzando hacia el Éufrates, el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, publicó el martes en The New York Times un artículo en el que amenaza a Estados Unidos con un choque en el norte de Siria, si siguen apoyando a las milicias kurdas. Por primera vez desde la guerra greco-turca de 1974 dos miembros de la OTAN pueden enfrentarse militarmente.

El sábado pasado, el presidente turco Recep T. Erdogan envió sus fuerzas sobre la frontera sur para invadir la región de Afrin, al noroeste de Alepo, controlada desde 2012 por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), aliadas de EE.UU. El gobierno turco pretende establecer una zona de amortiguación de 20 kilómetros de ancho en el lado sirio de su frontera y expulsar a las milicias kurdas más allá del río Éufrates. Para ello, marcha a ocupar la ciudad de Manbij, ubicada a 150 km más al este, donde las fuerzas especiales de EE.UU. tienen una importante base.

El 14 de enero, el portavoz militar norteamericano en Bagdad informó que EE.UU. está entrenando a una fuerza kurda de 30.000 soldados en Siria y el 17 de enero, a su vez, el Secretario de Estado Rex Tillerson declaró que su país no tiene prisa por retirarse de Siria. La provocación era evidente. En respuesta, Erdogan acusó a EE.UU. de complicidad con el terrorismo.

Preocupado por el desmadre de sus diplomáticos y militares, Donald Trump los hizo desautorizar, pero, las tropas aún siguen en el norte de Siria, mientras los turcos continúan avanzando. En cuestión de horas uno de los dos deberá ceder, arriesgar un choque fatal o alcanzar un compromiso. Después de la derrota del Estado Islámico en Siria e Irak la apuesta de los militares y diplomáticos estadounidenses por imponer su estrategia al presidente amenaza desatar un nuevo conflicto regional de proporciones.

Esperando a Carles

El martes pasado el Rey Felipe VI tuvo poco tiempo para festejar su 50º cumpleaños. Más bien debe haber pasado el día atento a las informaciones sobre el eventual retorno del líder secesionista catalán Carles Puigdemont al país. Éste había anunciado que volvería a Cataluña, para ser elegido presidente de la Generalitat, pero frustró la espera del Rey. Por la noche se dirigió desde Bruselas a sus seguidores en un video: “Hoy me hubiera gustado dirigirme a todos vosotros con el pleno ya celebrado e investido como president”, declaró. Es que el presidente del parlamento regional, Roger Torrent, había aplazado esa misma mañana la sesión plenaria de investidura a la espera de que el Tribunal Constitucional español decidiera sobre un recurso que autorizara a Puigdemont a asumir a distancia, para así contar con los fueros necesarios en el momento de entrar a España.

La decisión de Torrent ha generado malestar en la alianza nacionalista, porque los conservadores de Junts x el Sí y los ecologistas de CUP querían ir al choque con Madrid y elegir al nuevo presidente a como fuere. 

Para reforzar su posición, al anochecer cientos de manifestantes rebalsaron el vallado policial y rodearon el edificio del parlamento en Barcelona. El joven Torrent pertenece a Izquierda Republicana de Cataluña (ERC, por su sigla en catalán), el partido liberal republicano cuyo presidente, Oriol Junqueras, está preso desde octubre. A diferencia de sus socios, ERC trata de empujar al gobierno de Rajoy y a la monarquía a autorizar un referéndum soberanista con fuerza legal. Para ello, estira los límites de la legalidad sin romperlos. En la crisis catalana nadie quiere quedar mal ante la opinión pública, pero pocos buscan compromisos verdaderos. Si esto sigue así, la repetición de las elecciones catalanas, es decir, la prolongación sine die de la crisis, está asegurada.

¿Puede Macron traicionar a Merkel por su amante inglesa?

Un artículo de Thierry Meissan en la Red Voltaire (http://www.voltairenet.org/article199522.html) llamó este martes 30 la atención sobre el alcance de la declaración conjunta franco-británica del pasado 19 de enero, en ocasión de la primera visita oficial del presidente Emmanuel Macron a Gran Bretaña, y sus terroríficas consecuencias para la política mundial.

En el encuentro (significativamente tuvo lugar en la Academia Militar de Sandhurst) ambos mandatarios actualizaron el Tratado de Lancaster House de 2010 que fundó la alianza militar que permitió a ambas potencias en 2011 atacar a Libia, deponer a Muammar al Gadaffi y apropiarse del petróleo del país africano. Sin embargo, alcanzado su objetivo, la alianza languideció en los años siguientes. Por el contrario, desde que en 2016 Theresa May asumió como primera ministra, está aplicando una estrategia militar independiente y ha firmado acuerdos bilaterales con Dinamarca, Holanda, Noruega y los países bálticos. Después, comenzó a reorganizar las redes yihadistas en Medio Oriente y ahora está construyendo una superalianza con Francia.

La actual renovación del Tratado de Lancaster House se proyecta como una política de largo plazo, para que ambas potencias intervengan juntas en Europa, África y Oriente Medio. El Reino Unido y Francia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y ambos disponen de armas atómicas. Juntos cuentan con un presupuesto militar que sobrepasa el de Rusia, aunque es inferior a los de Estados Unidos y China. Tienen, por consiguiente, un importante poder militar que quieren hacer pesar en la política mundial.
Al privilegiar su alianza con el Reino Unido, Francia se aleja de Alemania, con la que ha cooperado desde 1963, para afianzar la paz en Europa Occidental y sostener la integración europea. Si Francia ahora gira hacia Gran Bretaña, estará priorizando el globalismo por sobre el continentalismo europeo y poniendo en peligro la paz regional y mundial.

La crisis estratégica del imperio norteamericano ha dejado muchos huecos en la política mundial en los que se cuela todo tipo de aventureros que apuestan a la ganancia máxima en el más corto plazo. Sólo acuerdos regionales de estabilización entre potencias concurrentes pueden salvar la paz mundial, pero tienen que apresurarse, porque el tiempo corre.

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Eduardo J. Vior