miércoles, 10 de enero de 2018

Por una convivencia sin exclusiones

Sólo la paz trae prosperidad para tod@s

La distensión que se insinúa en Corea, la reconstrucción de Siria y los recientes mensajes del Papa Francisco vinculan la convivencia con el progreso compartido
por Eduardo J. Vior
Infobaires24
10 de enero de 2018
El imprevisto nexo que el presidente Donald Trump estableció entre su acompañamiento de las conversaciones intercoreanas y la renegociación del acuerdo de libre comercio con Corea del Sur confirmó la misma relación entre prosperidad económica y paz que puede verse en la reconstrucción de Siria y en los recientes mensajes papales.

Pickups por paz

El gobierno de Corea del Norte anunció este martes 9 que enviará atletas y una delegación de alto nivel a los Juegos Olímpicos de Invierno del próximo mes. Durante una reunión realizada en Panmunjon, en la zona desmilitarizada entre ambos estados, Pyongyang dijo que además enviaría espectadores, artistas y un equipo de taekwondo.

Por su parte, la delegación surcoreana planteó organizar reuniones entre familias divididas a ambos lados de la frontera durante el Año Nuevo Coreano, el próximo 16 de febrero, en coincidencia con los Juegos. Seúl propuso, además, que ambos países marchen juntos durante la ceremonia inaugural y anunció que estudiará, junto con la ONU, suspender temporalmente las sanciones a su vecino.

Corea del Sur también quiere restablecer el contacto entre las fuerzas militares, para evitar “accidentes”. En tanto, Pyongyang se opone a que en las conversaciones se hable sobre las armas nucleares, porque es un tema que sólo atañe a su relación con los Estados Unidos.

Esta reunión fue posible, después de que en su mensaje del 1º de enero el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, esbozó la posibilidad de que atletas norcoreanos participen en los Juegos que se celebrarán del 9 al 25 de febrero en Pyeongchang, 126 km al este de Seúl, pero el anuncio fue el resultado de una larga negociación secreta entre ambos gobiernos.

Lo interesante del suceso histórico es el nexo que el presidente norteamericano Donald Trump impuso entre su apoyo al diálogo y la renegociación del acuerdo de libre comercio entre Corea del Sur y su país (vigente desde 2012) que comenzó el viernes pasado. Dado que el déficit comercial norteamericano en su intercambio con Surcorea se duplicó desde la firma del acuerdo, Trump pretende, sobre todo, mantener el arancel de 25% que EE.UU. impone a las importaciones de pickups coreanas, lo que afectaría enormemente a Hyundai y Kia. ¿Pone el presidente el mantenimiento del arancel como condición para apoyar el proceso de distensión? Y, en este caso, ¿quién compraría las camionetas sobrantes? El único mercado en condiciones de absorber ese excedente es el chino. ¿Existe, entonces, algún acuerdo entre China, ambas Coreas y EE.UU., para que Beijing financie con sus compras la pacificación de Corea? Si así fuera, los cuatro habrían dado prueba de una creatividad insospechada.

Renaciendo entre las ruinas

Mientras que el llamado Califato se ha hundido en las arenas del desierto y el Ejército Árabe Sirio continúa su avance contra al Qaeda en el noroeste del país, más de 500 inversores extranjeros han encarado nuevos negocios en Siria durante 2017.

El ente de facilitación de inversiones Damascus Cham Holding ha anunciado que ha firmado un contrato por aproximadamente $270 millones de dólares para la construcción de un centro comercial y otros edificios en el distrito de Al Razi, en Damasco. Asimismo una delegación parlamentaria brasileña ha visitado Siria para impulsar el intercambio bilateral, identificar puntos de interés comunes para nuevas inversiones y normalizar las relaciones diplomáticas. En tanto, en un encuentro con el ministro sirio de Turismo el embajador libanés informó que empresarios de su país tienen interés en la reconstrucción postbélica de la economía siria.

En el mismo sentido, Damasco está impulsando la reconstrucción de la provincia de Alepo. Para ello el presidente Bashar al Assad envió allí recientemente al primer ministro Imad Jamis quien discutió iniciativas y programas con inversores locales. Hasta 2011 Alepo era el nudo manufacturero e industrial de Siria y las autoridades pretenden devolverle ese rol, para incrementar la producción local y reducir la dependencia actual de las importaciones. Aunque el relanzamiento de la economía siria va a precisar ingentes inversiones externas, las iniciativas descritas ratifican el efecto positivo de la pacificación sobre el desarrollo de la economía y la prosperidad de todos los habitantes.

70 años después, una nueva definición de los derechos humanos

En la recepción anual a los embajadores acreditados ante el Vaticano, el lunes 8, al igual que en su mensaje del 1º de enero en ocasión de la Jornada Mundial por la Paz, el Papa Francisco puso en el centro de sus preocupaciones la necesidad de redefinir los derechos humanos. El mismo sentido tendrán durante su visita a Chile entre el 15 y el 18 de enero su concelebración con guías espirituales mapuches en Temuco y su mensaje sobre las migraciones en Iquique.

El eje central de la visita de Francisco a Chile pasará por la proyección universal que él piensa darle al tratamiento del conflicto con los pueblos originarios por la tierra y a la integración de las y los inmigrantes.
Uno de los efectos secundarios de la política internacional de Donald Trump ha sido que EE.UU. ha abandonado el discurso universalista de defensa de los derechos humanos, para justificar sus intervenciones en todo el mundo. Trump, por cierto, aspira a que los demás países del mundo imiten el modelo norteamericano, pero no le atribuye ninguna validez universal.

Ha quedado, por lo tanto, vacío el espacio de la dirección espiritual del mundo y el Papa quiere ocuparlo. Para ello, aprovechando el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que se cumplirá el próximo diciembre, Francisco pretende instalar un nuevo paradigma comunitario, en armonía con el entorno natural, la justicia social, la libertad no egoísta y la igualdad en la dignidad de las personas y los pueblos. Ésa es la revolución que piensa desatar desde Chile.

Sin paz no hay negocios para todos. Donald Trump quiere que sus empresarios hagan negocios con todo el mundo y, para ello, necesita la paz. A diferencia de los globalistas, la guerra no es su negocio y no por bondad, sino por el interés de los grupos que representa. La guerra permanente ha aumentado sideralmente el déficit público de EE.UU., desviado recursos necesarios en el interior y retrasado su economía. Es quizás interesante que un presidente norteamericano reaccionario, uno sirio nacionalista y un Papa universalista y popular coincidan en sus intereses. Si es así, podremos mirar 2018 con optimismo.

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Eduardo J. Vior