viernes, 1 de diciembre de 2017

El mundo se une o desaparece

Unos tienden puentes, otros quieren dinamitarlos



Mientras el Papa Francisco concentra su visita a Myanmar en restablecer el entendimiento entre ese país, Bangla Dés y China, para resolver la crisis humanitaria de los rohingya, el acuerdo entre los presidentes de Rusia, Turquía e Irán tiende a pacificar Siria y Ucrania. No obstante, el esfuerzo estabilizador de la canciller alemana sufrió ayer un grave traspié por el sabotaje de su propio ministro de Agricultura. También Royal Dutch Shell aplica tácticas divisionistas, para dividir y reinar.

El Papa busca la paz en Myanmar

“La paz se construye en el coro de las diferencias. La unidad siempre se da en la diversidad. Esa es la paz”, dijo el Papa Francisco este martes 28 de noviembre en la reunión que mantuvo con 17 líderes de distintas confesiones religiosas de Myanmar.

Los medios occidentales atacan al pontífice por no querer mencionar a los rohingya por su nombre, para no generar irritación en Myanmar. Sin embargo, ocultan que detrás del masivo desplazamiento de esta minoría musulmana bengalí se encuentra el combate contra el Estado Islámico (EI) que amenaza el oleoducto que une el puerto construido por China en la costa con la región sureña de Yunnan en ese mismo país. Con su viaje, Francisco ha acercado las posiciones de los tres países involucrados, obtenido la repatriación de muchos rohingya y el aislamiento de los terroristas, pero esto no interesa a la prensa belicista.

EE.UU. y Rusia negocian sobre Siria y Ucrania

Una delegación del gobierno sirio se incorporará hoy, miércoles 29, a la conferencia de la ONU sobre la guerra en ese país que se realiza en Ginebra, Suiza. Damasco aceptó participar en la reunión, después de que Rusia obtuvo que de la agenda inicial se tache la discusión sobre el futuro del presidente Bashar al Assad.

En paralelo a la conferencia de Ginebra, Rusia viene negociando con Irán y Turquía el orden político de Siria. Rusia, Turquía e Irán son patrocinadores del proceso de Astaná, unas negociaciones en la capital de Kazajistán entre el gobierno sirio, aliado de Rusia e Irán, y la oposición, apoyada por Turquía. El proceso tiene como finalidad consolidar el armisticio y allanar el camino hacia una transición política y pacífica en Siria.

Ya el martes 21 Vladimir Putin y Donald Trump habían mantenido una larga conversación telefónica en la que intercambiaron informaciones e ideas sobre Siria, Ucrania y Corea del Norte. La ofensiva diplomática rusa busca, al mismo tiempo, frenar la decisión del Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU. de vender a Ucrania armamento pesado por 47 millones de dólares, con el que Kiev espera doblegar a las repúblicas separatistas de la minoría rusa en el este de Ucrania. Sin embargo, como el conflicto en Ucrania está muy trabado, Vladimir Putin avanza en otros frentes, para persuadir a Washington de negociar también sobre éste.

En Alemania peligra la gobernabilidad

La República Federal es la potencia más importante de la Unión Europea (UE) y tiene la responsabilidad de asegurar la paz, el desarrollo económico y la papel internacional del bloque comunitario. Sin embargo, el voto de protesta que el pasado 24 de septiembre dio a neoliberales (FDP) y neonazis (AfD) una acrecida representación en el Bundestag dificulta la formación de gobierno. Hace diez días fracasaron los sondeos entre los gobernantes demócratas cristianos (CDU) y socialcristianos de Baviera (CSU) con el FDP y Los Verdes, para formar una coalición.

Entonces comenzó un dificultoso acercamiento de Merkel a los socialdemócratas (SPD), para convencerlos de renovar la gran coalición CDU/CSU-SPD que gobierna desde 2013. Pero este proyecto requiere mucho tacto. Por eso es sospechoso que el ministro de Agricultura Christian Schmidt (CSU) haya ordenado a sus delegados ante la conferencia europea sobre el glifosato votar a favor de una prórroga quinquenal de la autorización para el uso del veneno fabricado por Monsanto, sin consultar a los demás miembros del gobierno.

Después del torpedo que el bávaro disparó se supo que Horst Seehofer, ministro-presidente de Baviera, sabía previamente de la intención del ministro. ¿Quiso salvar el cuero ante la creciente oposición de derecha en su propio partido dinamitando la gran coalición? Sin embargo, si la misma no se concreta, habrá que repetir la elección parlamentaria, con el serio riesgo de que los neoliberales y neonazis aumenten su caudal. ¿Están los conservadores dispuestos a quebrar la gobernabilidad de Alemania?

Shell vuelve a pagar dividendos y abandona el petróleo

Al anunciar el martes pasado que volvería a pagar totalmente en dinero los dividendos por sus acciones, el gigante petrolero Royal Dutch Shell indicó que terminó el período de decadencia del mercado petrolero. Por la baja de los precios del petróleo y los 50 mil millones de dólares que pagó por la compra del grupo British Gas, la multinacional comenzó en 2015 a pagar los dividendos en acciones, pero ahora su presidente Ben van Beurden informó que el grupo vuelve a pagarlos en efectivo. El “adelgazamiento” de la empresa le permite asimismo duplicar sus inversiones en energías renovables.

Shell planea invertir dos mil millones de dólares en energía eólica, biocombustibles y vehículos eléctricos en un gesto que fue presentado como de inspiración ecologista. Sin embargo, la motivación es mucho más pedestre: en septiembre pasado la República Popular China adoptó una serie de medidas para que en 2030 todos los vehículos que se produzcan en y se exporten a ese país sean eléctricos. En tanto primer mercado automotriz del mundo, su decisión obliga a la reconversión total de dicha rama productiva e influirá sobre toda la economía mundial.

Si es así, cabe preguntarse, por qué Shell no toma ninguna medida innovadora en América del Sur, donde tiene la hegemonía sobre la producción de combustibles. En Argentina, pero también en Brasil, su política se limita a reducir la producción, aumentar desmesuradamente los precios e importar tecnologías viejas y desarticuladas. Buen ejemplo del “divide y vencerás”.


Quien quiere la paz, une; quien divide y fragmenta, no la quiere. Del Papa a la Shell, pasando por Putin y Merkel, la alternativa es hoy la misma: tender puentes y buscar el entendimiento, para alcanzar una mayor integración que permita a los pueblos y estados asociarse, o crear discordia y enfrentamientos, para que unos pocos grandes medren a costa de muchos pequeños.

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Eduardo J. Vior