martes, 5 de julio de 2016

Macri es cómplice de la ocupación extranjera

Shell busca legitimar la ocupación de las Malvinas
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Debemos estar prevenidos para que el gobierno de Macri y Shell no aprovechen la ampliación de nuestras fronteras marítimas y convaliden la ocupación ilegal de las Islas Malvinas.

Por Eduardo J. Vior

Uno de los factores que da continuidad al dominio mundial de las grandes corporaciones internacionales es su capacidad para actuar sistémicamente, desplazando sus inversiones de una zona del globo a otra según cambien las circunstancias. Así, ante la inestabilidad que prometen el “Brexit” y la eventualidad de que Escocia se independice del Reino Unido, Royal Dutch Shell PLC amenaza con trasladar sus inversiones del Mar del Norte a la recién ampliada plataforma continental argentina. La maniobra esconde el reconocimiento fáctico de la usurpación de las Islas Malvinas.

Según informó la BBC el pasado viernes 1°, Ben van Beurden, Presidente del Directorio de Royal Dutch Shell PLC, se propone “echar una mirada atenta” a las inversiones de la compañía en el Mar del Norte. Aunque no lo manifieste, con la amenaza de cerrar o vender viejos pozos frente a las islas Shetland es evidente que el jerarca holandés está presionando a Escocia, para que después del “Brexit” no se independice del Reino Unido. Para ello agita sus alternativas de inversión, entre otras en el Mar Argentino.

Aunque Shell es una de las mayores pagadoras de dividendos del Reino Unido (15 mil millones de dólares anuales), los bajos precios del petróleo hacen que en la City se dude de que pueda seguir cumpliendo con los ahorristas. Ya el año pasado la empresa anunció que recortaría sus inversiones en 30 mil millones de dólares y que eliminaría varios miles de puestos de trabajo en todo el mundo. El anuncio de van Beurden de este viernes va en la misma línea.
No obstante, todavía el 10 de junio Paul Goodfellow, Vicepresidente de exploraciones y yacimientos de Shell para Gran Bretaña, anunció inversiones por cuatro mil millones de dólares hasta 2018 para renovar pozos viejos al oeste de las islas Shetland (al noroeste de Escocia). O sea que las declaraciones del Director General deben tomarse con precaución, como fintas políticas en el contexto del “Brexit”.

La mayoría de los analistas coincide en que los precios de las commodities –especialmente los de los hidrocarburos- repuntarán hacia 2020. Una corporación que piensa mundialmente como Shell no puede, entonces, descuidar el tomar previsiones estratégicas para asegurar su preeminencia también cuando la situación mejore.
En este sentido, en la reunión del capítulo latinoamericano del Foro Económico Mundial de Davos que se realizó en Medellín, Colombia, el 15 y 16 de junio pasados, muchos empresarios veían con optimismo el futuro mediato de la economía energética en el subcontinente. Alentados por los bajos costos financieros persistentes, la instauración de gobiernos neoliberales en Argentina y Brasil y la ampliación transcontinental de las zonas de libre comercio, prevén para los próximos años un sensible crecimiento de la demanda. Obviamente no les interesan los enormes recursos hidroeléctricos, sino los hidrocarburos que pueden ser exportados fuera de la región. En ese contexto representantes de Shell y de la italiana Eni informaron que piensan incrementar sus inversiones en América Latina ante la duplicación de la demanda regional de recursos energéticos hasta 2030.

Ante la reciente resolución de la ONU que reconoció la ampliación de la plataforma continental argentina en un 35%, muchos analistas especulan con la posibilidad de que Shell, aprovechando su privilegiada posición en el gobierno de Mauricio Macri, quiera apropiarse de los yacimientos de aguas profundas y combinarlos con los de las Islas Malvinas donde participa de modo indirecto.

No obstante los avances tecnológicos, para la ampliación de las exploraciones en la plataforma continental y su combinación con las de Malvinas subsiste aún el conflicto por la soberanía sobre las islas que el gobierno de Macri intenta obviar. Así, informes recientes en medios argentinos proponen aplicar allí fórmulas de cooperación transfronteriza que eludan las disputas por límites, como sucede entre Saudiarabia y Bahrein y en otros 60 campos alrededor del mundo. La falacia de la argumentación reside, empero, en que en todos esos casos se trata de marginar por motivos económicos disputas de límites entre dos países soberanos que se reconocen mutuamente, mientras que Argentina nunca ha aceptado el dominio británico sobre las Islas Malvinas. La única posibilidad de que empresas con concesiones del gobierno argentino cooperen con otras que operen en la zona de Malvinas sería, por consiguiente, que éstas últimas recaben la correspondiente autorización argentina, lo que a su vez no pueden aceptar los británicos.

En el contexto de la renovada hegemonía neoliberal en América del Sur los gigantes petroleros se dividen entre sí el coto de caza. Sin embargo, las dificultades técnicas y los altísimos costos de la exploración de nuevas áreas en el Mar Argentino dificultan un pronto aprovechamiento del recurso. Los precios actuales bajos del recurso tampoco justifican invertir grandes sumas en la exploración de nuevos y difíciles yacimientos. Por lo tanto, momentáneamente al gigante angloholandés sólo le interesa asegurarse el control de las nuevas áreas, mientras amenaza a los escoceses, pero debemos estar prevenidos para que el gobierno y Shell no aprovechen la ampliación de nuestras fronteras marítimas y convaliden la ocupación ilegal de las Islas Malvinas.

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Eduardo J. Vior