domingo, 15 de noviembre de 2015

Los atentados en París entrañan riesgos para Argentina

UN PEARL HARBOR EN EL SIGLO XXI

Eduardo J. Vior 15 de Noviembre de 2015 | 12:00
El ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre dio al presidente Franklin D. Roosevelt el argumento deseado para vencer la resistencia del Senado y meter a Estados Unidos de cabeza en la Segunda Guerra Mundial. Como entonces, quizás los bárbaros atentados del viernes por la noche en París sirvan para que los países occidentales salgan de la ambigüedad y se comprometan junto con Siria, Irak, Rusia e Irán en la guerra contra el terrorismo del Estado Islámico (EI).
En una entrevista con parlamentarios franceses en Damasco, el presidente sirio Bashar al Assad declaró el sábado por la mañana que "Francia está sufriendo lo que Siria viene soportando desde hace cinco años". El mandatario convocó a las potencias occidentales a dejar de lado su ambivalencia y a luchar junto con su gobierno contra el terrorismo islámico.
Los yihadistas eligieron Francia como blanco por la gran población musulmana que habita allí (siete por ciento del total), porque la discriminación a la que este grupo es sometido alienta la radicalización de sus jóvenes, por la permeabilidad de sus fronteras, para castigar las intervenciones militares galas en África y Levante y para provocar el ingreso abierto de París en la guerra contra el islamismo en Siria e Irak. Obligando a Occidente a entrar en una lucha frontal, el EI espera convertirse en "abanderado de los creyentes" y eliminar a otras facciones islamistas que mantienen diversos lazos con las monarquías del Golfo y EE UU.
El atentado debería también hacer repensar a las potencias europeas sus relaciones con Washington, ya que es evidente que falló la coordinación de inteligencia entre los aliados. Un atentado de estas dimensiones tiene que haber sido detectado previamente por uno o más servicios de informaciones. ¿Por qué no lo impidieron? Una de las primeras respuestas hay que buscarla en el conflicto estratégico entre la Casa Blanca y el Pentágono: los generales no tienen interés en proteger a la población, y mucho menos a la europea, sino en mandar tropas a Siria e Irak para neutralizar la influencia rusa e iraní. Por eso les conviene que el EI siembre el terror en Europa.
Mientras Francia comenzaba su duelo y la policía buscaba a los criminales fugitivos, en Viena se reunía la ya previamente agendada conferencia de cancilleres sobre Siria. Durante la misma el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, apeló a EE UU y sus aliados occidentales a dejar de apoyar a los grupos terroristas en Siria y a coordinarse con Rusia en la lucha tanto contra el EI como el Frente al Nusra (al Qaeda) y otras formaciones islamistas, para alcanzar una solución militar y política que traiga la paz definitiva a Levante. Ahora comenzarán las especulaciones tácticas sobre el modo y el alcance de la colaboración con Rusia, pero ni siquiera los más reticentes en el Pentágono podrán soslayarla. Los atentados de París son una bisagra histórica.
En este contexto es imprescindible que Argentina mantenga su política internacional de paz y no alineamiento. No es de excluir que en la región haya células islamistas "dormidas", pero no actuarán, si no se les da un pretexto. Por eso también debemos evitar la alianza automática con los Estados Unidos a la que Mauricio Macri nos quiere empujar. Durante la Segunda Guerra Mundial nuestro país mantuvo sabiamente su neutralidad. Aunque debemos mantenernos atentos y vigilantes ante el terrorismo, es recomendable que ahora tampoco nos involucremos en la lucha entre las potencias por el poder mundial. «

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Eduardo J. Vior