domingo, 1 de marzo de 2015

El asesinato de Boris Nemtsov busca desestabilizar Rusia

OPINIÓN

La oscura trama detrás de una muerte

La oscura trama detrás de una muerte
Foto: ap

En el casting que algunas agencias de inteligencia hacen de los personajes a asesinar, cuando quieren provocar el caos en un escenario político no controlado, Boris Efimovich Némtsov estaba entre los primeros: 55 años, con ganadora melena plateada y sobradores ojos grises, talentoso físico y matemático, exitoso joven muy de los años noiventa que supo mostrar entonces en su región de Nishni Novgorod cómo se rifaba el patrimonio ruso y por ello recibió de manos de Margaret Thatcher el premio homónimo.
También era ideal para el rol, porque en el momento de morir no tenía la menor chance política. Antes de aparecer televisivamente asesinado a medianoche del viernes pasado sobre uno de los puentes que conducen a la Plaza Roja de Moscú, con el Kremlin y la iluminada Catedral de San Basilio de fondo, Boris Efimovich hizo un tour por todos los medios de Moscú promoviendo la marcha que realizaría hoy, domingo, en protesta contra la crisis económica y la política rusa hacia Ucrania. El puñado de asistentes que los opositores esperaban probablemente asciendan a unas 50 mil personas. La periodista opositora Kseniya Sobchak, conductora de glamorosos talk-shows, reveló que Némtsov preparaba una denuncia sobre la intervención de tropas rusas en Ucrania: "Putin construyó el Terminator diabólico que mató a Némtsov y perdió el control sobre él."
El presidente instruyó al Comité Federal de Investigaciones, al Ministerio del Interior y al Servicio Federal de Seguridad (FSB) para que investiguen unificadamente el asesinato. En la noche que siguió al atentado se allanó el departamento de Némtsov y se confiscósu documentación política y empresarial. Ayer sábado fue hallado el automóvil Lada blanco que usaron sus homicidas. Tiene patente de la región caucásica de Ingushetia.
La prensa occidental acusó inmediatamente a Putin por el crimen, pero ningún razonamiento lógico autoriza la hipótesis o, como pregunta el oficialista Pravda (http://english.pravda.ru/opinion/columnists/28-02-2015/129934-boris_nemtsov_murdered-0/), "dada la experiencia argentina reciente, ¿se dispararía un gran maestro de la estrategia (como Putin) a sí mismo en el pie ordenando el asesinato de una figura irritante, pero menor?" El Comité de Investigaciones trabaja sobre tres hipótesis posibles (http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/11442047/Why-was-Boris-Nemtsov-murdered-The-competing-theories.html): 1) una provocación para desestabilizar a Putin, 2) terroristas islámicos que ya habían amenazado a Némtsov por su condena del atentado contra Charlie Hebdo en enero y 3) extremistas ucranianos deseosos de agudizar el enfrentamiento con Rusia.
Dado el carácter mercenario del terrorismo levantino, la segunda hipótesis es funcional a cualquiera de las otras dos y estas, a su vez, se complementan, porque el muerto se opuso a la reincorporación de Crimea a Rusia y apoyaba la orientación prooccidental de Ucrania.
La única figura pública que se beneficia con la muerte de Némtsov es el presidente ucraniano Petró Poroshenko. Después de haber provocado el mes pasado el aniquilamiento de 3000 hombres del ejército ucraniano a quienes ordenó resistir sin chances en el nudo ferro-caminero de Debáltesvo y de la caída libre de la economía ucraniana por corrupción, privatización y aplicación de los planes del FMI, la marcha de los nazis del Sector Derecho en Kiev el pasado miércoles 25 lo amenazó con un golpe que implantaría la dictadura e internacionalizaría la guerra civil.
Según un informe de la Inteligencia alemana de principios de febrero, más de 50 mil personas murieron por la guerra en los últimos doce meses, diez veces más de lo informado por el gobierno. Las manifestaciones antibélicas se multiplican, muchos desertores están en prisión y aumentan los procesos contra pacifistas. Por su parte, Rusia acoge ya a más de un millón de desertores e invita a todos los que quieran refugiarse allí. Como sola respuesta, Poroshenko amenaza con implantar la ley marcial.
Pronto EE UU comenzará a entrenar y armar la Guardia Nacional ucraniana. Creada por Kiev hace un año, incorporó a formaciones neonazis cuyos crímenes contra la población civil en el Este están ampliamente documentados, pero Washington no se incumbe.
En noviembre de 2013 el alzamiento contra el ex presidente Viktor Yanukovich tuvo el apoyo de la mayoría de la población pero, en tanto la guerra civil se prolonga y la vuelta de los oligarcas de los 2000 se hace evidente, el pueblo ucraniano perdió la paciencia. Derrotado militarmente por su propia culpa y sumido en el caos económico que ocasionó, el presidente ucraniano podría salvarse si aceptara la mano que le tienden Rusia, Alemania y Francia, pero sus lazos con las mafias son más fuertes y teme a los nazis.
Boris Efimóvich Némtsov murió, porque alguien necesita un justificativo para que la OTAN intervenga abiertamente, pero el pueblo ruso responde uniéndose. El pueblo ucraniano, a su vez, parece que ya contó las costillas a los golpistas del Maidán. ¿Y ahora, Washington?

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Eduardo J. Vior