domingo, 4 de enero de 2015

El pueblo griego se alza contra la oilgarquía financiera

LA GOBERNANZA CONSERVADORA TEME EL TRIUNFO DE LA COALICIÓN QUE COPIA EL MODELO ARGENTINO PARA RESOLVER LA DEUDA

Una elección clave que cambiará a Europa

Por primera vez la crisis financiera terminará debatiéndose en las urnas y eso puede despertar a otros pueblos.

Una elección clave que cambiará a Europa
Liderazgo - Con un discurso que expresa muchas de las políticas seguidas en Latinoamérica y especialmente Argentina, Tsipras viene creciendo desde que estalló la crisis - Foto: ap
En el último cuarto de siglo la integración europea transcurrió casi sin participación popular y sin alternativas estratégicas. Por eso es que la chance de que Syriza venza en las elecciones generales anticipadas del próximo 25 de enero en Grecia implica un vuelco continental. La gobernanza conservadora de Europa ha iniciado en crisis un año lleno de elecciones parlamentarias decisivas.
Los griegos acudirán a las urnas en comicios legislativos adelantados tras fracasar la elección parlamentaria del conservador Stavros Dimas como jefe del Estado, ya que la Constitución dispone que, si en la tercera ronda electoral ningún candidato logra la mayoría necesaria, se debe disolver el Parlamento y convocar a las urnas para formar nuevo gobierno dentro de los siguientes 30 días. Según las últimas encuestas, la Coalición de Izquierda Radical (traducción de la sigla Syriza) lidera las preferencias con el 29,5 por ciento. Nueva Democracia (ND), del conservador primer ministro Antonis Samaras, la sigue con el 23,5%, pero la agrupación lideraza por Alexis Tsipras tiende a aumentar la distancia.
El gobierno de coalición entre ND y el socialista PASOK no consiguió elegir a su candidato presidencial, porque oficialistas y opositores temen un eventual tercer paquete de "ayuda" europea que elevaría aun más la deuda externa y obligaría a recortes presupuestarios peores que los actuales, pero el cuarteto que gobierna Europa (el presidente de la Comisión Europea –CE–, Jean-Claude Junker, el presidente del Banco Central Europeo –BCE–, Mario Draghi, la presidenta del FMI, Christine Lagarde y la canciller alemana Angela Merkel) es inflexible.
La UE teme el hipotético gobierno de Syriza, porque esta rechaza nuevos créditos europeos, exige renegociar los 300 mil millones de dólares de deuda contraída desde 2010 y propone subsidiar los servicios para relanzar el consumo.
El FMI ya anunció que recién transferirá el próximo tramo ya acordado cuando haya acuerdo con el nuevo gobierno. Grecia sufre una profunda crisis por el derrumbe de sus bonos hace cinco años, al demostrarse que sucesivos gobiernos habían falseado los datos que comunicaban a Bruselas. Desde entonces Bruselas y el FMI le dieron dos paquetes crediticios atados a condicionamientos rígidos que acarrearon una recesión sin precedentes, la desocupación del 25% de la población (50% entre los jóvenes), un tercio de la población bajo el umbral de pobreza; tres millones de personas sin cobertura sanitaria, hambre, enfermedades, desalojos masivos y una desesperación extendida.
Para calmar a la población, Tsipras ha garantizado la intangibilidad de los depósitos y se manifestó confiado en la posibilidad de renegociar la deuda griega. El joven líder pretende alcanzar una amplia mayoría que fortalezca su posición ante sus interlocutores.
Aunque ninguno de los dos candidatos obtenga la mayoría absoluta de los votos, la Constitución griega da a la primera minoría un "premio" de 50 diputados más. Como el total de la Cámara tiene 300 escaños, si Syriza superara el 33% de los votos (100 mandatos), podría alcanzar la mayoría absoluta de las bancas. De todos modos espera coaligar con pequeñas formaciones de izquierda. Cualquiera sea su resultado,la elección griega cambiará el mapa político europeo por varias causas. En primer lugar, el pueblo griego es el primero de Europa en poder decidir democráticamente sobre su deuda externa.
Desde que estalló la crisis en 2008, en ningún país europeo se han presentado alternativas estratégicas para superar el colapso. Esta opción democrática aterroriza al bloque hegemónico en Bruselas, porque el ejemplo griego puede hacer escuela en Portugal, España e Italia, que también eligen Parlamento en 2015. En sentido contrario, Grecia asimismo puede inducir una reacción antieuropea de los electores británicos, que votan nuevos diputados en mayo. Por izquierda y por derecha el avance griego cuestiona a la actual Unión Europea.
Además, un giro democrático en el tratamiento de la deuda influirá sobre el conjunto de las políticas económicas y financieras, hasta ahora en manos de tecnócratas y banqueros.
Finalmente y no para despreciar, la influencia latinoamericana y especialmente argentina sobre la plataforma económica de Syriza es innegable. Al etiquetarla como "populista", la derecha la asocia con mayor intervención del Estado, políticas sociales incluyentes, fomento de la demanda y regulación de los flujos financieros. Una verdadera pesadilla para la dominación del capital rentístico.
Considerando la campaña mediática y el miedo de la población, sería una verdadera proeza que Syriza gane las elecciones, pero el que haya llegado a disputar el gobierno demuestra que los europeos quieren decidir sobre su futuro, que el modelo argentino de renegociación de la deuda externa con políticas soberanas gana adeptos y que es posible implementar alternativas democráticas y populares a la crisis mundial. Sin embargo, las contracorrientes reaccionarias también marchan. Europa ha echado a andar, pero ¿hacia dónde? «

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Eduardo J. Vior